Los edificios de estilo barroco solían construirse con
materiales pobres pero resaltando la majestuosidad y la monumentalidad de la
obra. Existen varios palacios e iglesias que, en la actualidad, todavía exhiben
las principales características de este movimiento, como la Catedral de la
Asunción de Valladolid.
En estas construcciones predomina la variedad (piedra,
ladrillo, estuco, entre otros), aunque el más utilizado era la piedra sillar.
En determinados edificios, y en especial en los interiores, se empleaba el
mármol de colores para subrayar la suntuosidad y el lujo. También se empleó el
bronce para ciertos elementos, cuando se pretendía destacar su carácter
decorativo (columnas, entre otros). En muchas construcciones se puede observar
el uso de todos estos materiales, lo que consigue efectos de suntuosidad y
complejidad ornamental.
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